Cuando unos amigos te llaman para que les pongas a punto para el verano una casa recién comprada, tienes 6 meses para ello, y toca idear-lo todo a distancia, no me digáis que eso no podemos llamarlo RETO en mayúsculas. Así es como empezamos este 2019, viajando a Valladolid para tomar medidas de esta casa ubicada en un paradigmático edificio típico de arquitectura burguesa de finales de siglo XIX, dónde, curiosidad para todos, fue donde en 1982 se instaló el primer ascensor de la ciudad dotado de un sistema de funcionamiento hidráulico!
Pero vamos al lío, porque anécdotas y detalles, el proyecto en sí ya tiene para hablar largo y tendido! Quisimos conservar este aire señorial y burgués, que la propia estructura de la casa posee, acuchillando el suelo en madera natural y colocado en espiga, las molduras de exquisito gusto en techos, así como las ventanas con cuarterones que reinan en la fachada Sur y llenan de luz las habitaciones de invitados y de la pequeña reina de la casa!
Empezamos a idear el diseño tratando las paredes como un gran lienzo blanco del que debíamos levantar volúmenes y darles color y textura. De ahí, que eligiéramos para presidir el salón el terciopelo para los sofás en tono caldera y en el dormitorio un cabecero de gallones azul marino presidiera el espacio. El resto se fue creando alrededor de esas grandes piezas: Dekton XXL para modernizar la chimenea, espejo en la traseras de las estanterías del salón para multiplicar la luz en ese espacio, mesas que bien podrían llamarse obras de arte, y hasta hubo la forma de aprovechar un mueble de ébano que se encontraba en la casa en el momento en que fuimos a tomar medidas.
Para el dormitorio, utilizamos tonos veraniegos y frescos que vistieran la cama de 2 metros de ancho, que de seguro son de las que te duermes antes de llegar a la ovejita 19… Además, era requisito indispensable crear una zona de vestidor, un pequeño escritorio y un aparador a modo de tocador!
Creamos para la pequeña su mundo al que le llamamos “si es rosa y cuqui lo quiero”, y es que no hace falta que os preguntemos si adivináis cuál es su color favorito… Conseguimos neutralizarlo con paredes grises exceptuando la que pusimos papel pintado, que comunicaba y unificaba la zona de descanso de la galería donde le pusimos un escritorio para hacer los cuadernos de verano antes de la vuelta al cole!
Pero si hay un efecto WOOOWW de esos que apetece hacerle la ola cuando enciendes la luz y entras es, sin duda, el baño. Quizás porque en sus inicios no entraba en los planes reformarlo ya que el tiempo apretaba, pero apostamos por poner todos los medios necesarios para crear el baño ideal, acorde con el estilo clásico y señorial que fluye por toda la casa, sin prescindir de nuestro sello Quefalamaria aportando personalidad en un suelo de mosaico a puntos, o un material en tendencia como es el ratán del mueble.
El encargarnos de la decoración completa de la casa, y además tener la posibilidad de hacerlo de forma ¡SORPRESA! para sus propietarios fue la guinda a este proyecto. Mi amiga al verlo soltó alguna que otra lagrimilla, lo que no sabe ella es que yo, unos días antes al verlo todo finalizado y tal y como nos habíamos imaginado, me pasó exactamente lo mismo.