Casa Tarragona

Esta es la historia de una familia que decidió darle una nueva vida a su piso de toda la vida, un lugar lleno de recuerdos y donde ahora quieren seguir viendo crecer a sus pequeñas. El reto era claro: crear un espacio más luminoso, moderno y práctico, sin perder el encanto de vivir en pleno centro.

Con apenas unos ajustes, logramos un gran cambio. Recuperamos un pequeño aseo en el pasillo que había quedado olvidado como trastero, y al devolverle su función original, conseguimos un segundo baño. ¡Una solución que ha hecho la vida diaria mucho más cómoda!

El salón-comedor se ha convertido en el gran protagonista. Gracias a un mueble a medida que no solo aporta almacenamiento extra —tan necesario para la familia—, también esconde la joya del espacio: una preciosa pecera integrada, que ahora forma parte de su día a día.

Las habitaciones reflejan la personalidad de cada miembro de la familia. Las pequeñas disfrutan de dormitorios con papeles pintados en tonos pastel que invitan a soñar, se les ha destinado un escritorio a cada una, además de grandes armarios, mientras que el dormitorio principal destaca por un cabecero a medida lleno de color que aporta calidez y carácter, con una cómoda extra bajo ventana para dar apoyo al armario.

En la cocina apenas hizo falta intervenir, pero pequeños detalles marcaron la diferencia: añadimos muebles para optimizar el espacio, renovamos los acabados de la encimera y pintamos las paredes para darle un aire fresco y renovado, así como los tiradores. ¡Un gran cambio con muy poco!

Por último, el baño principal se transformó en un espacio práctico y elegante. La antigua bañera dejó paso a un plato de ducha XXL de más de 2 metros y un mueble doble para que todo esté siempre en orden.

Ahora, esta familia vuelve a disfrutar de su hogar como nunca, con un espacio pensado para vivir, crecer y compartir momentos juntos.